domingo, 10 de enero de 2016

EL MIEDO COMO CAUSA DE IRA

EL MIEDO COMO CAUSA DE IRA





La causa o raíz principal de la ira, en la mayoría de los casos, es el miedo. El pensamiento negativo en la vida también puede contribuir a la presencia de la ira y puede aumentar la probabilidad de que un individuo se enoje. 

Cuando te niegas o eres incapaz de ver los aspectos positivos de la vida, veras las cosas de una manera negativa y sin esperanza. Como resultado, no debe ser sorpresa para ti, que te parecerá experimentar continuamente problemas, como una base de tu vida diaria.

Detente y piensa por un momento. ¿Constantemente te dices "si" a ti mismo? Si eres un tipo de persona "si" tú mismo te estás poniendo en forma automática, al fracaso. Preguntándote "si…pidiera" o "¿qué pasaría si"…. Tu mismo te estás poniendo obstáculos. 

A menudo el miedo puede conducir, con frecuencia, a actuar de manera irracional. Es imprescindible que te asegures de mantener tu mente en el lugar adecuado, para tener la certeza de que no te enfrentas a cualquier temor innecesario o irracional.

Presta atención a lo que sucede a tu alrededor y observa con detenimiento que existen en la vida, cosas en realidad se pueden cambiar, y no te detengas en aquellas que no puedes mejorar. 

Puede que sea un largo camino a recorrer el de erradicar el miedo y la ira de tu vida. No hay tiempo que perder ni mucho menos energía, pensando o preocupándose por algo que en realidad no puede afectarte.

No tiene sentido preocuparse por el pasado. Mantener los pensamientos claros también es una forma de asegurarse de tener menos tiempo u oportunidad para el desarrollo de temor.

Lamentablemente, creo que algunas personas, en realidad se crearon para la ira, centrando sus pensamientos y su atención en los acontecimientos que ocurrieron en el pasado. Al permitirte a ti mismo ser libre del pasado, también será capaz de disminuir la cantidad de ira que tengas.

Ten en cuenta que no hay nada que puedas hacer para alterar lo que ya ha ocurrido. Es importante desarrollar un aprecio por todo aquello que puedes mejorar, en lugar de centrarte en las cosas que no se puede cambiar.

Incluso si has tomado una mala decisión en el pasado, recuerda que esto no te hace diferente a cualquier otra persona. Todos habemos experimentado todo tipo de los problemas en el pasado y hemos tomado malas decisiones alguna vez. 

Esto no quiere decir que el resto de tu vida debe derrumbarse a causa de ella. Sino todo lo contrario, significa que debes enfocarte en dar los pasos adecuados en el presente para corregir el problema, o al menos mejorarlo lo más que puedas.

Los siguientes pasos pueden ayudarte a hacer esto:

• Evaluar tus problemas actuales
• Realizar una minuciosa revisión de las opciones que están a tu disposición para resolver los problemas.
• Hacer uso de los recursos disponibles para manejar el problema
• Llegar a una decisión
• Tomar las medidas necesarias para manejar la situación de inmediato, no hacen dilatar el problema.

Recuerda, postergando las decisiones sólo harás que las cosas se pongan peor de lo que están, tienes que hacer algo en el momento actual. De hecho, es probable que agraven el problema si no haces algo ya.

POR EDSON GIOVANNI CANO MORALES
FUENTE: CONTROL DE LA IRA

QUE ES LA IRA

QUE ES LA IRA



El concepto de ira, hace referencia a aquellos sentimientos de violencia, enojo, angustia e indignación generados por situaciones e incluso personas específicas. 

En muchos casos, los psicólogos, creen que este estado de descontrol anímico que produce el sentimiento de ira, puede desencadenar en actos extremadamente violentos, si la ira no es canalizada correctamente. 

Es conocida popularmente como uno de los siete pecados capitales, esta es sin dudas, es una manifestación propia del instinto, que dependiendo de los casos particulares, puede acercar notablemente, al ser humano a su estado animal. 



Esto sucede porque el buen uso de la racionalidad queda bloqueado ante este sentimiento. 

Es por ello que la ira es uno de los sentimientos del ser humano más complejo, ya que si no es neutralizada o canalizada adecuadamente, puede convertirse en un verdadero problema.

La ira puede manifestarse tanto física como psíquicamente. En cuánto a las manifestaciones físicas podemos decir que, son consecuencia del sentimiento de ira las siguientes: 

Ruborización: es una de las manifestaciones mas comunes y mas rápidas que experimenta el cuerpo. Generalmente es sinónimo de la cólera, el enrojecimiento de las mejillas.

Acaloramiento: es una sensación muy fuerte de calor en el cuerpo. Sucede cuando la sangre comienza a correr con mas energía. Se puede decir que como todas las emociones, el enojo o ira, hace que el cuerpo segregue más adrenalina y los vasos sanguíneos se dilaten.

Aumento de la presión sanguínea: En situaciones de estrés, las glándulas suprarrenales del riñón secretan dos hormonas que modifican el ritmo y la fuerza de contracción del corazón, además de provocar vasodilatación o vaso constricción según que zonas de la red capilar se estimulan.

Palpitaciones: Son sensaciones de los latidos cardíacos que se perciben como si el corazón estuviera latiendo con violencia o acelerando. Es posible que sientas tus latidos como si saltaran o se detuvieran. 

Al percibir emociones fuertes, como puede ser el enojo, estas son un síntoma preciso.

Y algún hecho violento:

En la mayoría de los casos, estas suelen ser pasajeras. Es decir solo persisten mientras se está sintiendo ira. Pero a veces suelen dejar secuelas psíquicas muy importantes; entre ellas están:

Angustia
Ansiedad
Insatisfacción constante
Enojo
Y un continuo estado de ánimo totalmente negativo.

Es importante destacar, que algunos psicólogos creen que la ira tiene su origen él una falta de amor y cariño, desde edad muy temprana. Además insisten en que el sentimiento de ira es indomable e inmensurable.

Colocando de esta manera al ser humano en una condición muy pronta a la del animal. Dejando de lado esa gran diferencia que existe entre ambos que es la racionalidad.

POR EDSON GIOVANNI CANO MORALES
FUENTE: CONTROL DE LA IRA


jueves, 7 de enero de 2016

TODO LO QUE RECUERDO.

TODO LO QUE RECUERDO.

Cuando mi padre hablaba conmigo, siempre iniciaba la conversación preguntándome: «¿Ya te he dicho hoy cuánto te quiero?». Su expresión de amor encontraba respuesta y, en sus últimos años, cuando su vitalidad empezó a disminuir visiblemente, nuestra intimidad se hizo aún mayor... si tal cosa era posible.

A los ochenta y dos años estaba preparado para morir, y yo estaba dispuesto a dejarlo ir, para que su sufrimiento terminara. Nos reíamos y llorábamos, nos tomábamos de las manos y nos confesábamos el uno al otro nuestro amor, y ambos coincidíamos en que era el momento de partir.



—Papá, quiero que después de haberte ido me envíes una señal de que estás bien —le decía yo, y él se reía ante el absurdo de aquellas palabras; papá no creía en la reencarnación. Tampoco yo estaba seguro de que esa posibilidad existiera, pero había tenido muchas experiencias que me convencieron de que podía esperar alguna señal «desde el otro lado».

Entre mi padre y yo había una relación tan profunda que, en el momento en que murió, yo sentí en mi pecho su ataque cardíaco. Y me dolió profundamente que el hospital, en su estéril sabiduría, no me hubiera permitido sostenerle la mano mientras se iba.

Día tras día rezaba pidiendo saber algo de él, pero nada sucedía. Noche tras noche pedía soñar con él antes de quedarme dormido. Y, sin embargo, pasaron cuatro largos meses sin que yo sintiera nada más que la pena por haberlo perdido. Cinco años antes, mi madre había muerto del mal de Alzheimer y, aunque yo tenía hijas ya mayores, me sentía como un niño perdido.

Un día, mientras estaba tendido en una camilla de masaje, en una habitación oscura y tranquila, esperando mi turno, me invadió una oleada de nostalgia por mi padre. Empecé a preguntarme si habría sido demasiada exigencia pedirle una señal. Advertí que me encontraba en un estado de extremada lucidez. Tuve una experiencia excepcionalmente clara, en la cual hubiera sido capaz de sumar mentalmente largas columnas de cifras.

 Quise asegurarme de estar despierto y no dormido, y comprobé que estaba tan lejos como es posible de cualquier cosa que tuviera que ver con el sueño. Cada pensamiento que tenía era como una gota de agua que perturbara un estanque inmóvil, y la paz de cada momento transcurrido me maravillaba. Entonces pensé: «He estado intentando controlar los mensajes que vienen desde el otro lado, pero ahora dejaré de hacerlo».

De pronto se me apareció el rostro de mi madre; su rostro, tal como había sido antes de que la enfermedad de Alzheimer la despojara de su mente, de su condición humana y de más de veinte kilos. El magnífico cabello plateado enmarcaba su dulce rostro. Era tan real y estaba tan próxima, que tuve la sensación de que si extendía la mano podría tocarla. Tenía el mismo aspecto que doce años atrás, antes de que se iniciara su decadencia. Hasta podía sentir la fragancia de Joy, su perfume favorito. Parecía que estuviera esperando y no hablaba. Me pregunté cómo podía ser que yo estuviera pensando en mi padre y ella apareciera ante mí; me sentí un poco culpable de no haber pedido también su presencia.

—Oh, madre, lamento tanto que hayas tenido que sufrir con aquella terrible enfermedad —expresé.

Ella inclinó ligeramente la cabeza, como para reconocer lo que yo había dicho sobre su sufrimiento. Después sonrió, con una hermosa sonrisa, y dijo muy claramente:

—Lo único que yo recuerdo es el amor. Y desapareció.

Empecé a estremecerme, parecía que la habitación se hubiera enfriado súbitamente, y en los huesos supe que el amor que damos y que recibimos es lo único que importa y lo único que se recuerda. El sufrimiento desaparece; el amor perdura. 

Sus palabras son lo más importante que jamás he oído y aquel momento ha quedado grabado para siempre en mi corazón.

Todavía no he visto ni he oído a mi padre, pero no me cabe duda de que cualquier día, cuando menos lo espere, se me aparecerá para preguntarme:

 —¿Ya te he dicho hoy cuánto te quiero? 

Bobbie Probstein

FUENTE: SOPA DE POLLO PARA EL ALMA, JACK HANSEL CALFIED

jueves, 27 de enero de 2011

EL AMOR, LA UNICA FUERZA CREATIVA

La siguiente historia muestra lo que puede cambiar una persona cuando recibe un trato humano y también cuando estamos dispuestos a darlo, especialmente con amor.

Un profesor universitario quiso que los alumnos de su clase de sociología se adentrasen en los
suburbios de Boston para conseguir las historias de doscientos jóvenes. A los alumnos se les pidió que ofrecieran una evaluación del futuro de cada entrevistado. En todos los casos los estudiantes escribieron: «Sin la menor probabilidad». Veinticinco años después otro profesor de sociología dio casualmente con el estudio anterior y encargó a sus alumnos un seguimiento del proyecto, para ver qué había sucedido con aquellos chicos. Con la excepción de veinte individuos, que se habían mudado o habían muerto, los estudiantes descubrieron que 176 de los 180 restantes habían alcanzado éxitos superiores a la media como abogados, médicos y hombres de negocios.

El profesor se quedó atónito y decidió continuar el estudio. Afortunadamente, todas aquellas
personas vivían en la zona y fue posible preguntarles a cada una cómo explicaban su éxito. En todos los casos, la respuesta, muy sentida, fue: «Tuve una maestra».

La maestra aún vivía, y el profesor buscó a la todavía despierta anciana para preguntarle de qué
fórmula mágica se había valido para salvar a aquellos chicos de la sordidez del suburbio y guiarlos hacia el éxito.

—En realidad es muy simple —fue su respuesta—. Yo los amaba.

Eric Butterworth.

Tomado del libro Sopa del Pollo para el Alma.

DR. EDSON CANO
GINECOLOGO OBSTETRA
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lunes, 24 de enero de 2011

EMPIEZA POR TI MISMO

Las siguientes palabras están inscritas en la tumba de un obispo (1100 d.c.) en la cripta de la abadía de Westminster:

Cuando yo era joven y libre y mi imaginación no conocía límites, soñaba con cambiar el mundo.
A medida que me fui haciendo mayor y más prudente, descubrí que el mundo no cambiaría, de modo que acorté un -poco la visión y decidí cambiar solamente mi país.

Pero eso también parecía inamovible.

Al llegar a mi madurez, en un último y desesperado intento, decidí avenirme a cambiar solamente a mi familia, a los seres que tenía más próximos, pero ¡ayl, tampoco ellos quisieron saber nada del asunto.

Y ahora que me encuentro en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: «Sólo con que hubiera empezado por cambiar yo mismo», con mi solo ejemplo habría cambiado a mi familia.
Y entonces, movido por la inspiración y el estímulo que ellos me ofrecían, habría sido capaz de mejorar mi país y quién sabe si incluso no hubiera podido cambiar el mundo.

Anónimo

Tomado del libro SOPA DE POLLO PARA EL ALMA, les recomiendo la lectura de este libro, ayudará a un cambio de actitudes en nuestra vida.

DR. EDSON CANO.
GINECOLOGO OBSTETRA.
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jueves, 23 de diciembre de 2010

PARA ALIVIAR LA DEPRESION

Este es un video que por sí solo dice mucho. Quién puede encontrarse en estos momentos deprimido, asustado, ansioso, etc. Véalo y en algo cambiará su forma de ver la vida. Nuestras actitutes hacia la vida y los seres que queremos no se olvidan y serán parte de nuestra forma de ser y el carácter en el futuro.




Si damos amor y cariño, eso recibíremos. Recuerde que Cómo el hombre piensa, así es él. El que es Sabio, su premio será su Sabiduría, pero el que es insolente, intolerante, presumido y vanidoso, sólo el sufrirá.

EDSON CANO

ACTITUDES QUE INDICAN BAJA AUTOESTIMA

Las siguientes son actitudes del compartamiento personal, que pueden poner en evidencia en algunos casos condiciones de Baja Autoestima en las personas.

a. AUTOCRITICA.

b. HIPERSENSIBILIDAD A LA CRITICA.

c. INDECISION CRONICA.

d. DESEO INNECESARIO POR COMPLACER.

e. PERFECCIONISMO.

f. CULPABILIZACION.

g. HOSTILIDAD.

h. PESIMISMO.



No es fácil cambiar nuestra Autoestima, si así fuera, nadie muy probablemente sufriría de Baja Autoestima, ni existirían personas tímidas o dependientes. El mejorar la autoestima no es imposible, solo hay que desearlo y hacerlo. Las personas tenemos suficientes capacidades como para cambiar y aprender a lo largo de nuestras vidas.

EDSON CANO